Hace algunos meses, cuando nos dispusimos a hacer una web para el Foro de Ciencia, pensamos en incluir una sección de “otros eventos”. La casualidad quiso que decidiésemos incluir una breve descripción de la Olimpiada Española de Física como uno de esos eventos; prueba de la que muchos no habíamos oído hablar.
Sin embargo, allá por Navidad, nuestra profesora de Física nos propuso a varios alumnos participar en las Olimpiadas. Pese a una cierta reticencia inicial -despegarnos de “lo que entra” en un curso como 2º de Bachillerato nos cuesta un poco-, varios decidimos probar suerte.
Entonces, comenzó a prepararnos para las pruebas, dándonos clase cada viernes a partir de las dos. Nos comenzamos a enfrentar a los problemas de ediciones anteriores de la prueba, profundizando en el temario del curso; y descendiendo hasta las llanuras abisales de “fuera del temario” -espacio aparentemente sombrío que, de nuevo, asusta en Bachillerato, donde apenas hay tiempo para acabar el temario-.
A lo largo de todas esas clases, aprendimos a resolver problemas experimentales, a hacer propagación de errores, a trabajar con derivadas parciales y a resolver algunas ecuaciones diferenciales; conceptos sin los que habría sido muy difícil realizar los ejercicios a los que nos enfrentaríamos en las Olimpiadas. Desgraciadamente, solo yo me pude presentar a las Olimpiadas de Madrid, celebradas el 25 de febrero en la Facultad de Física de la Universidad Complutense de Madrid.
Ese día, antes de las Olimpiadas, tuvimos la suerte de poder visitar los laboratorios de Magnetismo, Altas Presiones, Difracción de Rayos X, laboratorios de Química…de la mano de D. Regino Sáez y D. Enrique Fraga. Incluso pudimos ver cómo se preparaba una “perla” en directo, para determinar posteriormente su composición mediante difracción de rayos X.
Comimos con un antiguo alumno del colegio, que terminó Segundo de Bachillerato el año pasado para entrar en Física; y a las cuatro comenzaron a llamarnos uno a uno para que entrásemos al Aula Magna, donde iba a desarrollarse la prueba. Las sensaciones fueron buenas y unos días más tarde recibimos la noticia de que había pasado a la fase nacional; así que continuamos con las clases de preparación.
El 29 de abril llegó el momento de encender el ordenador y participar en la Olimpiada Española de Física. Las sensaciones no fueron tan buenas como en la fase autonómica, así que fue toda una sorpresa recibir una medalla de bronce, que habría sido imposible lograr sin las clases de preparación y el apoyo del colegio.
Finalmente, la experiencia ha sido sumamente enriquecedora, y me ha permitido profundizar en los contenidos de la asignatura de Física y, sobre todo, ampliarlos y aumentar mi interés por la ciencia: en un curso en el que queremos controlarlo todo (desde el número de ejercicios de cada tema que entran en un examen, hasta si en la EvAU pueden preguntar esto o lo otro), la Olimpiada de Física resulta especialmente beneficiosa; enfrentarse a problemas distintos, sin, en principio, saber cómo se resuelven, aviva el interés por la Ciencia, alejándose de la monotonía de los problemas del curso. Por ello, ha sido una experiencia preciosa y por la que estoy profundamente agradecido.
Gonzalo Sánchez Montesinos 2ºA Bachillerato
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