Antonio Ladrón de Guevara Soubrie, alumno de 2º de Bachillerato, ha conseguido el bronce en la Olimpiada de Física en Madrid y Mención de Honor en España.
En esta crónica nos cuenta su experiencia. ¡Enhorabuena, Antonio!
Al principio de curso, a los que estábamos apuntados a la optativa de Física en 2º de Bachillerato, Eva nos propuso presentarnos a las Olimpiadas de Física. Motivado por el premio, decidí apuntarme junto con dos compañeros de mi clase y algunos alumnos de 1° de Bachillerato.
La preparación para el examen (aunque los de la Universidad lo llaman “prueba” para intentar quitarle importancia) incluyó quedarnos varias tardes los viernes a las 14:00 para aprender sobre propagación de errores, linealizar ecuaciones… pero, sobre todo, para enfrentarnos a problemas muy distintos a los que habíamos visto hasta ese momento, pues la Olimpiada se sale del temario de 2º de Bachillerato, e incluso de 1º o 2º de carrera.
Llegó el día de la Olimpiada Local y todos los que habíamos estado participando en las clases de preparación fuimos a la Universidad. Antes de la prueba tuvimos la oportunidad de ir a los laboratorios de Química en los que D. Enrique Fraga nos enseñó el método de difracción de rayos X para saber la composición de las muestras que analiza.
Comimos con un antiguo alumno del Colegio, que había participado en las Olimpiadas tanto Local como Nacional y había ganado medalla de bronce en ambas; y a las 16:30 comenzaron a llamarnos uno a uno para que entrásemos al Aula Magna, donde iba a desarrollarse la prueba. Personalmente salí satisfecho porque, aunque el examen fue muy difícil, hice todo lo que pude.
Semanas después, Eva me dio la noticia de que me había clasificado a la Olimpiada Nacional, que iba a celebrarse en Lugo, por lo que seguimos trabajando preparando exámenes, además de aprender sobre circuitos gracias a Ana, profesora de Formación Profesional.
El 27 de abril viajamos a Lugo. Fue un viaje largo, pero lo mejor fue que en el hotel empezamos a coincidir todos los participantes de los distintos lugares de España. Tuvimos una cena inaugural en la que pudimos conocernos mejor, ya que por lo general nadie conocía a nadie.
El 28 por la mañana se celebró en la Facultad de Ciencias – Campus Terra de Lugo la prueba experimental, en la que gracias a Ana no tuve ningún problema en montar el circuito propuesto. Por la tarde completamos la prueba teórica y lo gracioso de esta prueba es que todo el mundo salió con la sensación de que le había ido fatal.
Al día siguiente visitamos el Aeródromo de Rozas de Lugo en el que nos explicaron a qué se dedicaban (pruebas con aviones, simulacros de ataques militares…) y el Castro de Viladonga. Más tarde hicimos un tour por el casco antiguo de Lugo, en el cual destaca la Catedral y la Muralla.
Por último, el 30 se celebró la entrega de premios y para mi sorpresa recibí una mención de honor. Y un extremeño que el primer día dijo que “no eran competencia” recibió una medalla de oro. Después de la entrega de premios volvimos a Madrid. Participar en una competición como las Olimpiadas de Física no solo supone un reto académico, sino también una oportunidad para conocer a personas con intereses similares de distintas partes del país y disfrutar de experiencias nuevas y enriquecedoras.
Antonio Ladrón de Guevara Soubrie, alumno de 2º de Bachillerato
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